Para que una puerta cortafuegos cumpla con su función en caso de incendio, es necesario que a la misma se le de un uso adecuado y se realicen labores de mantenimiento frecuentes.

Se recomienda una inspección periódica de la puerta al menos cada tres meses.

En estas inspecciones periódicas nuestros técnicos revisan los siguientes puntos:

  1. Estado de la puerta.
    • Ausencia de golpes, deformaciones, roturas, descuelgues, etc.
  2. Estado de los componentes fundamentales.
    • Cerraduras, bisagras, manivelas, barras antipánico, cierrapuertas, selectores de cierre, vidrios, juntas intumescentes.
  3. Capacidad de autocierre.
    • Ausencia de obstáculos, comprobación de la velocidad de cierre, comprobación de ajuste de hoja-marco y hoja-suelo.
      

Debido a características de los componentes y aditivos que constituyen el aislamiento interno de la puerta cortafuegos, se estima una vida útil por un periodo no superior a 20 años. Se aconseja no agotar dicho plazo cuando el estado de deterioro de la puerta o de sus componentes sea grave.